Polémica y desesperada medida de Maduro en Venezuela en un intento de frenar la crisis energética.
En medio de una creciente crisis energética que ha dejado a millones de venezolanos enfrentando apagones diarios, el gobierno de Nicolás Maduro anunció este lunes una medida que ha generado fuertes críticas dentro y fuera del país: la intervención total del sistema eléctrico nacional bajo control militar, junto con un nuevo plan de racionamiento de energía que afectará a más del 70% del territorio nacional.
La decisión fue presentada como un “plan de emergencia patriótica” para hacer frente a lo que el mandatario calificó como “una guerra eléctrica prolongada orquestada por el imperialismo”. Sin embargo, expertos y analistas lo ven como un intento desesperado de retomar el control en medio de una infraestructura colapsada, años de desinversión y denuncias de corrupción en el sector.
El plan contempla:
- Racionamientos diarios de hasta 10 horas en regiones clave del país, incluidos estados industriales y agrícolas.
- Suspensión temporal de actividades laborales y educativas en ciertas zonas para reducir el consumo eléctrico.
- Militarización completa de las principales plantas hidroeléctricas y termoeléctricas, bajo el mando del Ministerio de Defensa.
- Campaña de concientización obligatoria en medios públicos sobre el uso racional de la energía.
“Vamos a garantizar la estabilidad eléctrica cueste lo que cueste”, declaró Maduro en cadena nacional, mientras acusaba a sectores opositores de sabotaje sistemático.
Organismos internacionales, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, han advertido sobre las implicaciones humanitarias del colapso del sistema eléctrico, que afecta directamente el acceso al agua potable, la atención médica y la seguridad.
Mientras tanto, sectores de la oposición han calificado la medida como un “teatro autoritario” y advierten que la crisis energética no se resolverá con más militarización, sino con transparencia, inversión y cooperación internacional.