¿Por qué algunos expertos recomiendan no guardar los huevos en la nevera?
Durante años, guardar los huevos en la nevera ha sido una práctica común en muchos hogares. Sin embargo, en varios países y entre ciertos expertos en seguridad alimentaria, ha resurgido el debate sobre si esta costumbre es realmente necesaria o incluso contraproducente.
La recomendación de no refrigerar los huevos está principalmente vinculada a diferencias en los métodos de producción y almacenamiento entre países, especialmente entre Europa y Estados Unidos. En países europeos, por ejemplo, los huevos no se lavan tras la recolección, lo que conserva una capa protectora natural llamada «cutícula», que actúa como barrera contra bacterias como la salmonela. Al mantener esa capa intacta, los huevos pueden conservarse de forma segura a temperatura ambiente.
En contraste, en Estados Unidos y otros países, los huevos se lavan y desinfectan antes de ser vendidos, lo que elimina esa protección natural. Por eso, en esos lugares es obligatorio refrigerarlos para evitar el crecimiento bacteriano.
Pero ¿por qué algunos expertos sugieren evitar la nevera incluso cuando los huevos ya están refrigerados? Según estudios recientes, sacar y volver a meter los huevos en la nevera —por ejemplo, al dejar la caja en la puerta, que es la zona más expuesta a cambios de temperatura— puede crear condensación en la cáscara. Esa humedad facilita la entrada de bacterias si la cáscara está dañada o porosa.
Además, los cambios bruscos de temperatura pueden afectar la textura del huevo y acelerar su envejecimiento interno. Por eso, algunos cocineros y nutricionistas recomiendan conservarlos en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar, siempre y cuando no hayan sido previamente refrigerados.
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria ha señalado que, más allá del método elegido, lo más importante es la consistencia: si los huevos se almacenan en frío, deben mantenerse en frío hasta su uso; si están a temperatura ambiente, deben mantenerse así.
En conclusión, la forma correcta de almacenar huevos depende en gran medida de su origen y tratamiento post-recolección. Así que, antes de decidir si los dejas dentro o fuera de la nevera, lo mejor es revisar la normativa local… y la etiqueta del envase.
