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Entra en vigencia la prohibición para vender «comida chatarra» en las escuelas mexicanas.

A partir de este viernes, México ha implementado oficialmente la prohibición de la venta de «comida chatarra» en las escuelas públicas y privadas de todo el país, con el objetivo de combatir la creciente crisis de obesidad infantil y mejorar la salud de las nuevas generaciones. Esta medida, que se había venido discutiendo y aprobando a lo largo de los últimos años, marca un hito en las políticas públicas de salud en México, uno de los países con mayores índices de obesidad en el mundo.

La reforma, que se aplica a nivel nacional, prohíbe la venta de productos ultraprocesados, refrescos azucarados, snacks altos en calorías y grasas trans, así como cualquier otro alimento considerado no saludable por la Secretaría de Salud. Además, se fomentará la inclusión de opciones más nutritivas en los menús escolares, como frutas, verduras, lácteos bajos en grasa y alimentos con bajo contenido de azúcar.

«Este es un paso fundamental para proteger la salud de nuestros niños y niñas. La obesidad infantil es una epidemia que no solo afecta a la salud física, sino también al bienestar emocional y al rendimiento académico de los estudiantes. Es hora de actuar y ofrecerles opciones de alimentación más saludables», declaró la titular de la Secretaría de Salud, Dra. María Luisa Albores, en una conferencia de prensa.

La decisión responde a la alarmante cifra de 1 de cada 3 niños y adolescentes en México que sufren de sobrepeso u obesidad, lo que los hace más vulnerables a enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardíacos. Según estudios recientes, el consumo de alimentos no saludables en las escuelas ha sido un factor clave en este fenómeno, dado que los menores tienen fácil acceso a estos productos durante los recesos y en las tienditas escolares.

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La medida también implica cambios en los programas de nutrición escolar, donde se impulsará la educación alimentaria, promoviendo hábitos saludables entre los estudiantes. Además, las autoridades han establecido un periodo de adaptación para los vendedores de alimentos en las escuelas, quienes tendrán que ajustar su oferta para cumplir con las nuevas normativas.

Si bien esta reforma ha sido ampliamente celebrada por nutricionistas, pediatras y organizaciones civiles, ha generado reacciones mixtas en algunos sectores. Los propietarios de pequeños comercios que operan dentro de las escuelas han expresado preocupaciones sobre la pérdida de ingresos, ya que muchos de sus productos de venta son considerados «chatarra». Sin embargo, el gobierno ha anunciado un plan de apoyo y capacitación para que los vendedores puedan ofrecer productos más saludables y adaptarse a los cambios.

A nivel internacional, la decisión de México ha sido vista como un ejemplo a seguir en la lucha contra la obesidad infantil y la promoción de un entorno escolar más saludable. Diversos organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF han respaldado la iniciativa, destacando la importancia de proteger a los menores de los efectos nocivos de la comida chatarra.

Con esta medida, México busca no solo frenar la epidemia de obesidad, sino también fomentar un cambio cultural en la alimentación de los niños, en aras de un futuro más saludable para las próximas generaciones.

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