Organización Panamericana de la Salud (OPS), emite alerta en la región por fiebre amarilla.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una alerta epidemiológica ante el aumento de casos de fiebre amarilla en la región. Las autoridades sanitarias instan a los países a reforzar la vigilancia epidemiológica, aumentar las coberturas de vacunación y tomar medidas preventivas para evitar la propagación de la enfermedad.
Aumento de casos y riesgo de expansión: Según la OPS, en las últimas semanas se ha registrado un incremento significativo en los casos de fiebre amarilla en varios países de América Latina. Factores como la deforestación, el cambio climático y la movilidad poblacional han favorecido la propagación del virus, transmitido por mosquitos del género Aedes y Haemagogus.
Llamado a la vacunación y prevención: La fiebre amarilla es una enfermedad prevenible mediante la vacunación. La OPS ha exhortado a los gobiernos a garantizar el acceso a la vacuna en las zonas de alto riesgo, especialmente en comunidades rurales y en áreas donde la cobertura de inmunización sigue siendo baja. También se recomienda la aplicación de medidas como el uso de repelentes, la eliminación de criaderos de mosquitos y el fortalecimiento de los sistemas de salud para la detección temprana y el tratamiento de los casos.
Recomendaciones para viajeros: Ante la alerta, la OPS ha recomendado a los viajeros que planeen visitar áreas endémicas asegurarse de estar vacunados contra la fiebre amarilla al menos 10 días antes del viaje. Además, sugiere el uso de ropa de manga larga, mosquiteros y repelente de insectos para reducir el riesgo de picaduras.
Respuesta de los países: Diferentes gobiernos han comenzado a tomar medidas para contener el brote. En Brasil, se han intensificado las campañas de vacunación, mientras que en países como Colombia y Perú se han reforzado los controles sanitarios en zonas de riesgo. La OPS continuará monitoreando la situación y brindando asistencia técnica a los países afectados.
Con esta alerta, la OPS busca evitar una mayor propagación de la fiebre amarilla y reducir su impacto en la salud pública de la región.
