El Kremlin, amenazas de atentados en la Plaza Roja durante la tregua por el Día de la Victoria.
El Kremlin ha revelado este lunes que los servicios de inteligencia rusos detectaron amenazas creíbles de atentados terroristas dirigidos contra la Plaza Roja durante los actos conmemorativos del Día de la Victoria, celebrados el pasado 9 de mayo. Las advertencias habrían sido lo suficientemente graves como para reforzar las medidas de seguridad en toda la capital, aunque las autoridades decidieron no suspender el tradicional desfile militar.
Según fuentes del Consejo de Seguridad ruso, los servicios de seguridad frustraron varios intentos de sabotaje que se estaban planeando coincidiendo con la tregua temporal decretada por Moscú en el marco del conflicto en Ucrania. Esta tregua, anunciada como gesto simbólico en honor a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, fue aprovechada —según el Kremlin— por grupos extremistas para planear ataques “de alto impacto” en el corazón político y simbólico del país.
«Recibimos información precisa sobre células que pretendían infiltrarse en Moscú y atacar durante los eventos del Día de la Victoria. Las fuerzas del FSB actuaron con rapidez y neutralizaron esas amenazas antes de que pudieran materializarse», declaró Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
Aunque no se han revelado detalles específicos sobre los sospechosos o su afiliación, autoridades rusas han insinuado que algunos de los planes tendrían conexiones externas, lo que ha intensificado la retórica del gobierno sobre la seguridad nacional y la “interferencia extranjera” en tiempos de tensión geopolítica.
Los actos del Día de la Victoria, que conmemoran la derrota de la Alemania nazi en 1945, se desarrollaron sin incidentes visibles, y Vladimir Putin presidió el desfile rodeado de fuertes medidas de seguridad. El evento reunió a miles de ciudadanos, soldados, veteranos y líderes políticos, en un clima cargado de simbolismo histórico y mensajes de unidad frente a las amenazas.
Analistas consideran que esta revelación del Kremlin busca reforzar el discurso de vigilancia interna y justificar la intensificación de operativos de seguridad en un momento en que Rusia mantiene una política exterior y militar cada vez más desafiante en el escenario global.