Fandoms tóxicos: la nueva presión que obliga a celebridades a cerrar sus redes sociales.
En la era digital, las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para la conexión entre celebridades y sus seguidores. Sin embargo, lo que antes era un canal para la cercanía y la admiración, ahora se está transformando en un campo de batalla entre fandoms organizados y figuras públicas. En las últimas semanas, varios famosos han cerrado o desactivado temporalmente sus cuentas debido a campañas de acoso masivo encabezadas por sus propios —o rivales— fandoms.
El fenómeno no es nuevo, pero ha alcanzado nuevas dimensiones con casos recientes que incluyen a artistas de la música pop, actores de series juveniles y creadores de contenido digital. En la mayoría de los casos, los fandoms coordinan ataques digitales por diferencias personales, malinterpretaciones de declaraciones o simples rumores.
Uno de los incidentes más sonados fue el de una cantante internacional que eliminó su cuenta de X (antes Twitter) luego de que seguidores de otro artista popular la acusaran de «traicionar» una colaboración musical. Durante 48 horas, el nombre de la artista fue tendencia global, acompañado de mensajes de odio, teorías conspirativas y exigencias de disculpas públicas.
“Hay una delgada línea entre la pasión y el fanatismo desmedido”, comenta Sofía Rivas, socióloga experta en cultura digital. “Cuando los fandoms se organizan no solo para apoyar a su ídolo, sino para atacar a cualquier persona que lo contradiga, se convierte en una forma de violencia virtual.”
Las celebridades afectadas han comenzado a responder: algunas con comunicados pidiendo respeto, otras simplemente apagando sus perfiles. La presión ha encendido un debate sobre la responsabilidad de las plataformas sociales para frenar estas dinámicas, así como el papel que los propios ídolos juegan al no condenar explícitamente este comportamiento.
Mientras tanto, expertos alertan que el acoso digital, aunque se disfrace de fervor fanático, puede tener consecuencias graves para la salud mental de las figuras públicas.
“Si queremos que los artistas sigan conectando con su audiencia, tenemos que repensar la cultura del fandom”, concluye Rivas. “De lo contrario, las redes dejarán de ser un puente y se convertirán en una barrera más.”