Neuroblastoma: el cáncer infantil que preocupa a médicos y familias.
El neuroblastoma es una forma de cáncer que afecta principalmente a los niños pequeños, y aunque no es tan conocido como otros tipos de cáncer, representa cerca del 8 al 10 % de los casos de cáncer infantil. La enfermedad se origina en las células nerviosas inmaduras del sistema nervioso simpático, que se desarrollan principalmente en las glándulas suprarrenales, situadas encima de los riñones, aunque también puede aparecer en el cuello, tórax, abdomen o pelvis.
Este tipo de tumor suele diagnosticarse en niños menores de cinco años, y en muchos casos, incluso antes de cumplir los dos. Los expertos explican que el neuroblastoma se desarrolla a partir de neuroblastos —células nerviosas embrionarias— que normalmente maduran en células nerviosas funcionales, pero que en este caso crecen de manera anormal y se convierten en células cancerígenas.
“La causa exacta del neuroblastoma aún no se conoce completamente, pero sabemos que ocurre durante el desarrollo fetal o poco después del nacimiento. En muy raras ocasiones, puede haber una predisposición genética,” explica la doctora Laura Fernández, oncóloga pediátrica. “Por eso vemos que los casos son más comunes en los primeros años de vida.”
Uno de los mayores desafíos con el neuroblastoma es que puede presentar síntomas muy variados o incluso no causar molestias hasta que el cáncer está en una etapa avanzada. Entre los signos más frecuentes se incluyen fiebre persistente, pérdida de peso, dolor óseo, masa abdominal o problemas en los ojos si el tumor afecta ciertas áreas.
El tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia y, en casos más agresivos, trasplante de médula ósea o inmunoterapia. A pesar de la agresividad de algunos casos, los avances médicos han mejorado notablemente las tasas de supervivencia, especialmente cuando el diagnóstico se realiza de manera temprana.
Los especialistas hacen un llamado a la conciencia pública para promover el diagnóstico precoz. “La detección temprana es clave para mejorar el pronóstico. Por eso es importante que los padres consulten al pediatra ante cualquier síntoma extraño, aunque parezca menor,” agrega la doctora Fernández.
La lucha contra el neuroblastoma continúa en los laboratorios y hospitales del mundo, mientras miles de familias enfrentan el desafío con esperanza, fortaleza y el apoyo de la comunidad médica y científica.