Los hermanos Menéndez podrían quedar en libertad tras 35 años de prisión.
Lyle y Erik Menéndez, conocidos por haber asesinado brutalmente a sus padres en 1989, podrían obtener la libertad condicional tras pasar más de tres décadas en prisión. El caso, que conmocionó a Estados Unidos y se convirtió en uno de los juicios más mediáticos de los años 90, ha vuelto a los titulares tras la aparición de nuevas evidencias que podrían cambiar el rumbo de su condena.
Los hermanos, quienes actualmente cumplen cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional en prisiones separadas de California, fueron sentenciados en 1996 por el asesinato de José y Mary “Kitty” Menéndez, alegando entonces que actuaron en defensa propia luego de años de abusos físicos, psicológicos y sexuales.
El renovado interés en el caso surgió en parte gracias a una serie documental reciente y a la revelación de un video inédito de 1989, en el que un excompañero de escuela de Erik Menéndez afirma que este le confesó los abusos antes del crimen. Esta nueva prueba ha sido considerada por los abogados de los hermanos como clave para reabrir el caso y solicitar una revisión judicial.
“El sistema no consideró adecuadamente el contexto de abuso extremo en el que vivían los hermanos Menéndez”, declaró la abogada defensora, Tamara Mitchell. “Estamos ante una oportunidad histórica de corregir una injusticia.”
La Corte Superior de Los Ángeles ha aceptado revisar la petición de libertad condicional, lo que ha generado tanto esperanza como controversia. Mientras algunos defensores de los derechos de los presos argumentan que los Menéndez ya han cumplido una pena significativa y merecen una segunda oportunidad, otros consideran que el crimen fue tan atroz que cualquier indulgencia sería una afrenta a la memoria de sus víctimas.
Se espera que la audiencia se lleve a cabo en los próximos meses. Si se concede la libertad, los hermanos Menéndez podrían reunirse por primera vez en más de 25 años.